REVISTA Nº 86 | |||||||
Nuevos proyectos y viejas reivindicaciones Ha comenzado un nuevo curso escolar y ya se han lanzado al ruedo mediático nuevos proyectos sobre la informatización del sistema educativo y viejas reivindicaciones que ya parecían olvidadas como el reconocimiento social del docente o la autoridad del profesorado. En ambos casos, la figura del docente está en el centro del debate político y social, porque de poco servirán las herramientas informáticas si el profesorado no dispone de la formación y de los materiales adecuados para su incorporación al aula; y de muy poca utilidad será una ley que refuerce la autoridad del docente si no va acompañada del reconocimiento social de la labor del profesorado. En el caso de la competencia básica digital es preciso dotar a los centros de buenas herramientas informáticas y de programas adecuados para obtener el máximo rendimiento de ellas; y en el caso de la autoridad, se hace urgente que las familias colaboren con los docentes y eduquen a sus hijos en valores como el respeto y la aceptación de ciertas normas de convivencia, al tiempo que es preciso que los propios profesores asuman con decisión y confianza el papel que les corresponde en el mantenimiento de esa autoridad a través del ejercicio de su labor docente. Al hilo de estos nuevos proyectos y de estas antiguas reivindicaciones esta Sociedad de profesores quiere aportar algunas reflexiones en torno a ellas y recordar cuál ha sido su trayectoria en el pasado y cuál es su proyecto de futuro. En lo que se refiere al protagonismo del profesorado en todo lo relativo a la implantación de esos proyectos, esta Sociedad ha defendido siempre que cualquier proyecto educativo que se haga sin contar con el profesorado o contra su voluntad está condenado de antemano al fracaso; eso no quiere decir que ciertas actitudes de resistencia a ciertos cambios en el modo de enseñar y de evaluar de muchos profesores estén de antemano justificados. La actualización de contenidos y de metodología en todo el profesorado es una exigencia ineludible, pero también debe ser planteada por la Administración con rigor y seriedad y no con cambios improvisados y arbitrarios. El proyecto de informatizar la enseñanza nos parece en principio atractivo, pero no hay que pensar ingenuamente que el fracaso escolar y todos los problemas que actualmente tiene la educación en España se van a resolver por esa vía. Las herramientas tecnológicas son simples instrumentos al servicio de una finalidad; son medios para conseguir un fin determinado: una educación de calidad tanto por los contenidos cognitivos como por los valores adquiridos. Se habla mucho de la sociedad del conocimiento y de la información, pero muy poco de qué tipo de conocimientos y de información albergan en su mente los alumnos que tenemos en el aula. Se utiliza el término conocimiento como sinónimo de acceso automático a las bases de datos de la red telemática, pero la mayoría del alumnado no sabe ni interpretar ni relacionar adecuadamente la ingente cantidad de información que tiene a su disposición en la red. Se insiste en el actual lenguaje audiovisual como si fuese la panacea que todo lo explica y todo lo aclara, pero no se puede olvidar que el alumnado tiene que aprender también a hablar bien y a escribir correctamente y ese lenguaje exige un esfuerzo mucho mayor que el de ver imágenes y escuchar sonidos. Los proyectos de fomento de la lectura que se están potenciando en todas las Comunidades Autónomas son una prueba inequívoca de que los más jóvenes leen poco o leen solamente textos muy alejados del mundo académico. A propósito de la importancia de la informatización de la enseñanza, parece necesario hacer algunas reflexiones al respecto. Se trata de un hecho que ha cambiado profundamente la labor que durante muchos años ha realizado la SEPFI; la irrupción de las TIC en el ámbito educativo tiene un conjunto de consecuencias que afectan también a nuestra Sociedad. La sociedad de la información y de la comunicación y el predominio del lenguaje audiovisual ha obligado a ir cambiando la comunicación de los contenidos filosóficos en las Aulas de Secundaria y ha dado un giro importante al modo de hacer visible la labor de la SEPFI ante la sociedad. La tradición filosófica que se presenta siempre como una escritura, como un lenguaje dicho y escrito para ser comprendido racionalmente, tiene que ser ahora trasmitida en nuevos soportes comunicacionales en los que lo icónico y lo auditivo ocupan un lugar preeminente. Esto está generando ciertas dificultades en la didáctica de la filosofía, que se debate entre seguir privilegiando de modo absoluto los textos filosóficos en la explicación a los alumnos o en ir traspasando a otros soportes de imagen y sonido ciertos textos filosóficos que permitan dicha trasposición. Seguramente hay que conciliar ambas posiciones, pero la realidad es que muchos textos filosóficos clásicos no son susceptibles de esa conversión a un lenguaje visual o auditivo. Con el fin de ir incorporando la SEPFI a la red informática del presente y del futuro se está gestando un proyecto que, a medio y largo plazo, debería significar la prolongación y diversificación de la actividad de la SEPFI y que le proporcionaría una nueva dimensión social y cultural más acorde con la época en que vivimos. Se trata de retomar dos de los objetivos fundacionales de la SEPFI recogidos en sus Estatutos y dedicar a ellos más esfuerzo y difusión desde la red informática. Los dos ejes sobre los que versaría nuestro trabajo en el futuro son éstos: la didáctica de la filosofía y la elaboración de una ética cívica laica. Para ello se está pensando en la creación de un grupo de investigación sobre la Didáctica de la Filosofía en el ámbito de la Enseñanza Secundaria en nuestro país y en otros países y en un segundo término, en el inicio de un debate a nivel internacional sobre la creación de una ética cívica de carácter laico como el mejor modo de entender el diálogo filosófico entre todas las culturas y naciones. La SEPFI sería la impulsora de ese Grupo de Trabajo virtual formado por profesores interesados en el tema y que se encargaría durante el curso 2009-2010 de configurar en la red informática la constitución de este grupo y de darle difusión. Este grupo impulsor estaría compuesto por profesores de filosofía españoles conocedores del acervo filosófico de la SEPFI acumulado durante tantos años y que invitaría a formar parte de él a profesores portugueses e iberoamericanos que conocen la Sociedad y estén dispuestos a colaborar con ella. Por eso las lenguas oficiales de comunicación de este grupo serían el español y el portugués y la denominación del Grupo o Fundación sería IBERSOFIA. Para ello se creará a través de la web de la SEPFI y de las Sociedades de los colegas portugueses, argentinos, mejicanos y uruguayos que nos permitiese colocar en ese espacio virtual todas las propuestas e investigaciones de modo ágil y sencillo. Si el desarrollo de IBERSOFIA fuese el esperado se podría pensar en su ampliación y en la posibilidad de encuentros de carácter presencial. El segundo tipo de reflexión que es preciso hacer se refiere al análisis de la realidad política de nuestro país. Desde el año 1979 en que se fundó la SEPFI se han producido en la sociedad española y en el sistema educativo una serie de cambios que han afectado a nuestra organización. Quedan ya lejos aquellos primeros años en los que un grupo de profesores de Filosofía de Instituto liderados por Antonio Aróstegui, tristemente desaparecido este verano, iniciaban con entusiasmo la aventura asociativa de la SEPFI. Probablemente el cambio más importante en el ámbito de la política educativa en los últimos treinta años ha sido la transferencia de la gestión de la educación a las Comunidades Autónomas, con todas las consecuencias que esa descentralización ha tenido para el Ministerio de Educación y para España por la pérdida de una visión armónica y equilibrada del sistema educativo español en su conjunto. Este giro autonómico ha tenido una gran influencia en el papel que durante años ejerció la SEPFI como “lugar de encuentro” de todo el profesorado de Filosofía de Secundaria de toda España. De ello son una prueba fehaciente los Congresos nacionales e internacionales, los Seminarios y los Encuentros promovidos por la SEPFI a lo largo de muchos años, así como la difusión de todas sus propuestas sobre la filosofía y su didáctica a través de la Revista PAIDEÍA. La realidad es que han ido surgiendo en las últimas décadas varias sociedades de filosofía de carácter autonómico sin ninguna conexión entre ellas (la Sociedad Murciana, la Asociación Andaluza, la Sociedad del País Valenciano, la Sociedad Gallega de Filosofía etc.). Todo ello ha obligado a replantear a la Junta Directiva de la SEPFI en los últimos años el modo en que la actividad de la Sociedad podía hacerse más eficaz y más útil para el profesorado de Filosofía. Por último, nos vemos obligados a decir algo sobre el anuncio de pacto educativo que el Gobierno ahora ha situado en primer lugar de la agenda política. En PAIDEÍA se ha dicho muchas veces que era necesario un consenso básico y una política de Estado sobre la educación. Deseamos que el ministro Gabilondo sea capaz de conseguir ese pacto con todos los partidos políticos y todos los sectores de la comunidad educativa. En la SEPFI pensamos que la mejor inversión de futuro siempre, y más en épocas de crisis, es una educación de calidad. |