LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PROFESORADO Y PLATAFORMA DE FILOSOFÍA (SEPFi) Y LA ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE FILOSOFÍA DE MADRID (APFM) CRITICAN LA FALTA DE INFORMACIÓN SOBRE LA PRUEBA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD (PAU) 2025
La Sociedad Española de Profesorado y Plataforma de Filosofía (SEPFi) y la Asociación de Profesores de Filosofía de Madrid (APFM) presentan conjuntamente el presente comunicado para mostrar su indignación y lamentar la actuación tanto del Ministerio, la Comunidad de Madrid y las Comisiones universitarias de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) para el curso 2024-2025.
Como decíamos ayer, citando al clásico y refiriéndonos al curso anterior 2023-2024, el comienzo del nuevo curso escolar vuelve a ser un desastre organizativo y de planificación. A más de cuatro años de la implantación de la LOMLOE, seguimos sin saber cómo será la prueba PAU que se realizará en junio de 2025, pues parece que, durante esos años, no han tenido tiempo ni las administraciones públicas ni las universidades para diseñarla definitivamente.
Como ya explicábamos también el año pasado, el profesorado está obligado a presentar sus programaciones al inicio de curso. Y este año, de nuevo y no por nuestra culpa, nos encontramos con un problema ante la incompetencia, no podemos llamarla de otro modo, del ministerio, de las universidades y de las consejerías autonómicas en relación a la Selectividad. Efectivamente, la APFM y la SEPFi quieren denunciar que frente al trabajo del profesorado, cumpliendo sus obligaciones en los plazos propuestos, sin embargo la administración educativa, desde el ministerio hasta las consejerías autonómicas y universidades, ha sido todavía incapaz de acordar un examen definitivo PAU y su temario para el presente curso.
Todo esto provoca, y volvemos a repetirnos en relación al curso pasado, que el profesorado de 2º de bachillerato de toda España estemos impartiendo docencia ignorando cómo será la nueva PAU. Y se trata de un problema gravísimo, pues, como el curso anterior, vamos a dar clase sin conocer la prueba final y su contenido bajo el cual va a ser evaluado nuestro alumnado y que representa en su futuro universitario un 40% para la nota de corte. Es, por lo tanto, esta situación de espera también, y otra vez, una absoluta falta de respeto hacia el alumnado. Si cualquier docente no informara de los criterios de evaluación al principio de curso, la inspección lo sancionaría. Sin embargo, al tratarse de la Administración parece que se puede continuar el curso sin demasiado problema.
Como ya sucedió en Filosofía el pasado curso, volvemos a desconocer el modelo de examen y qué temario va a entrar en la PAU. Además, Historia de la Filosofía tenía su anterior examen de selectividad, basado en una carga lectiva de cuatro horas semanales, que el curso pasado se vio reducida a tres. Sin embargo, esta reducción no fue obstáculo para que la comisión universitaria mantuviera la misma carga lectiva en 2024, doce autores, pensando, tal vez, que donde caben dos caben tres, mismo pensamiento que, por cierto, domina también en todas las administraciones para la ratio en las aulas. Por todo ello, una vez más, nos tememos que el nuevo modelo de examen parta del absoluto desconocimiento de las condiciones reales en la docencia y no deje de ser un festival de ocurrencias presentado tarde y mal.
Por esto, y otro año más, la SEPFi y la APFM protestan por las condiciones en que el profesorado de Filosofía, y el resto de colegas con responsabilidad en la PAU, estamos dando clase en 2º de Bachillerato. Y como decíamos también ayer, y nos tememos que volveremos a escribirlo en el mañana del curso 2025-2026, queremos añadir que este desastre, como siempre, lo mitigará el trabajo, más allá de su obligación laboral, del profesorado y el esfuerzo del alumnado.